Según el reciente informe publicado por Cáritas y la Fundación Foessa, Análisis y Perspectivas 2014: Precariedad y Cohesión Social, en España la tasa de pobreza o exclusión social (E2020-AROPE) alcanza ya en 2013 el 28% de la población, con un aumento del 4'7% respeto a datos del 2007. Un total de 3'8 millones de hogares en España está afectado por algún tipo de exclusión social, lo que supone un aumento del 48% respeto 2007.
La situación en España hoy en día es muy crítica, y aunque haya quienes hablen de recuperación y de salida de la crisis, sus efectos siguen latentes en nuestra sociedad. Y la responsabilidad que han asumido fundaciones y organizaciones, apoyada también por la responsabilidad civil, deja a la luz que el Estado tiene otras preferencias de intervención y inversión frente a la pobreza. Otro dato que nos presenta Unicef es que en los últimos diez años España ha retrocedido cinco puntos en la clasificación de bienestar infantil, hasta situarse en el puesto 19 de los 29 países con las economías más avanzadas del mundo. Sólo superado por Rumanía, España es hoy en día el país de la Unión Europea con mayor índice de pobreza infantil.
Quizás lo más importante no son datos de crecimiento económico y lo que debería interesarnos son los datos de bienestar, exclusión y tasas de pobreza, alejándonos de los términos monetarios que determinan una situación de pobreza y teniendo en cuenta todos los ámbitos en los que afecta la pobreza.
Es por eso que el indicador AROPE se trata de un indicador multidimensional de la pobreza, este mismo indicador revela que los colectivos con más riesgo de pobreza o exclusión social se corresponden a las mujeres más jóvenes, el 33'3% se sitúa en mujeres menores de 16 años. Y en hombres hablamos de los índices más altos también en jóvenes, pero de 16 a 29 años, con un 34'2%.
Son los más jóvenes los más afectados, y volviendo al informe de Cáritas y la Fundación Foessa encontramos datos sobre el abandono escolar prematuro, donde España tiene la mayor tasa de abandono escolar prematuro de la Unión Europea, un 24'9%, frente al 12'7% de la media europea. Este dato es alarmante si se tiene en cuenta que la educación se postula como el sistema capaz de combatir la transmisión intergeneracional de la pobreza.
La situación en España hoy en día es muy crítica, y aunque haya quienes hablen de recuperación y de salida de la crisis, sus efectos siguen latentes en nuestra sociedad. Y la responsabilidad que han asumido fundaciones y organizaciones, apoyada también por la responsabilidad civil, deja a la luz que el Estado tiene otras preferencias de intervención y inversión frente a la pobreza. Otro dato que nos presenta Unicef es que en los últimos diez años España ha retrocedido cinco puntos en la clasificación de bienestar infantil, hasta situarse en el puesto 19 de los 29 países con las economías más avanzadas del mundo. Sólo superado por Rumanía, España es hoy en día el país de la Unión Europea con mayor índice de pobreza infantil.
Quizás lo más importante no son datos de crecimiento económico y lo que debería interesarnos son los datos de bienestar, exclusión y tasas de pobreza, alejándonos de los términos monetarios que determinan una situación de pobreza y teniendo en cuenta todos los ámbitos en los que afecta la pobreza.
Es por eso que el indicador AROPE se trata de un indicador multidimensional de la pobreza, este mismo indicador revela que los colectivos con más riesgo de pobreza o exclusión social se corresponden a las mujeres más jóvenes, el 33'3% se sitúa en mujeres menores de 16 años. Y en hombres hablamos de los índices más altos también en jóvenes, pero de 16 a 29 años, con un 34'2%.
Son los más jóvenes los más afectados, y volviendo al informe de Cáritas y la Fundación Foessa encontramos datos sobre el abandono escolar prematuro, donde España tiene la mayor tasa de abandono escolar prematuro de la Unión Europea, un 24'9%, frente al 12'7% de la media europea. Este dato es alarmante si se tiene en cuenta que la educación se postula como el sistema capaz de combatir la transmisión intergeneracional de la pobreza.